sábado, 2 de junio de 2012

LAUDES VOTIVOS de la VIRGEN DEL CARMEN


LAUDES VOTIVOS 
de la 
VIRGEN DEL CARMEN


Laudes es una de las dos horas mayores junto con las Víspera para la Iglesia Católica Roman en el rito denominado Liturgia de las Horas.. El significado en latían (laudare) quiere decir alabar, e indica la finalidad principal de esta hora, cuyo propósito es dar gracias a Dios al comienzo del día. También en las iglesias de tradición griega se rezan las laudes y las vísperas. Toda su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la resurrección. El horario habitual en las comunidades religiosas es las 7 de la mañana, aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.

OFICIO PROPIO
de la 
Orden del Carmen

PRESENTACIÓN

Ha sido siempre un afán de nuestra Orden compartir la Liturgia de las Horas con tantos miles de devotos de la Virgen del Carmen en el mundo. Y se ha logrado a través de la Misa Sabatina con las Laudes Votivos, a nivel general, y el rezo del Oficio Parvo con la antes llamada "Venerable Orden Tercera del Carmen".

Hoy, para ampliar esta devoción, queremos presentar a todos los miembros del Carmelo Seglar, a los Cofrades de la Virgen del Carmen y a todos los fieles devotos del Carmelo este pequeño breviario, el cual contiene los Salmos y Cánticos de las Laudes Sabatinos de las cuatro semanas, según el texto de la Liturgia de las Horas, acomodados para su celebración incorporada en la Eucaristía.

En cuanto a la unión de Laudes con la Misa, es una facultad otorgada por la "Ordenación General de la Liturgia de las Horas" a la que queremos acogernos.

Confiamos será un medio para lograr el crecimiento espiritual de los Carmelitas y de cuantos buscan una vida de oración el el marco del carisma teresiano.

Santuario de la Virgen del Carmen.
CALAHORRA (La Rioja)


-PARA SU CELEBRACIÓN EN LA MISA SABATINA-

PRIMERA SEMANA

RITOS INICIALES.
Canto de entrada (de preferencia Canto Mariano)
Saludo del celebrante. Se omite el acto penitencial y el Kirie.

SALMODIA.
Ant. 1. Dichosa eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo. (T.P. Aleluya).

Salmo 118, 145-152

Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos; 
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias, 
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

EL VERSÍCULO GLORIA AL PADRE SE DICE HABITUALMENTE AL FINAL DE TODOS LOS SALMOS Y CÁNTICOS, A NO SE INIQUE LO CONTRARIO.

Ant. Dichosa eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo. (T.P. Aleluya).

Ant. 2. Engendraste al que te creó y permanecerás Virgen para siempre. (T.P. Aleluya).

Éxodo 15, 1-4. 8-13. 17-18

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
Él fue mi salvación.

Él es mi Dios; yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
Él Señor es un guerrero, 
su nombre es "El Señor".

Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.

Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.

Decía el enemigo: "Los perseguiré y alcanzaré ,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano".

Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.

¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?.
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
terrible por tus proezas, autor de maravillas?.

Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.

Ant. Engendraste al que te creó y permanecerás Virgen para siempre. (T.P. Aleluya).

Ant. 3. Tú eres la mujer a quien Dios a bendecido, y por ti hemos recibido el fruto de la vida. (T.P. Aleluya).

Salmo 116

Alabad al Señor, todas la naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Ant. Tú eres la mujer a quien Dios ha bendecido, y por tí hemos recibido el fruto de la vida. (T.P. Aleluya).


ORACIÓN COLECTA
Concluida la salmodía, el celebrante reza la Oración colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA
Se celebra según prescribe el Ordinario de la Misa.

ORACIÓN DE LOS FIELES.
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:

Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.

Oh Sol de Justicia, a quien la Virgen Inmaculada precedía como aurora luciente,
*haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.

Verbo Eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada.
*líbranos de la corrupción del pecado.

Salvador nuestro, que quisiste que tu madre estuviera junto a tu cruz,
*por tu intercesión, concédenos compartir con alegría tus padecimientos.

Jesús, que, colgado en la cruz, diste María a Juan como madre,
*haz que nosotros vivamos como hijos suyos.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo que ponemos bajo la protección e intercesión de la Madre de tu hijo Jesús. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


LITURGIA EUCARÍSTICA Y RITO DE LA COMUNIÓN
Todo como en el ordinario de la Misa.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Terminado el canto de comunión, se recita el Benedictus con su antifonía.

Benedictus, ant. El Señor ha mirado mi humillación, y el poderoso ha hecho obras grandes por mí. (T.P. Aleluya).

Lucas 1,68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profeta.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, 
recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a tí, niño, te llamarán profeta del Altísimo, 
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre.


Ant. El Señor ha mirado mi humillación, y el poderoso ha hecho obras grandes por mí. (T.P. Aleluya).

RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote dice la correspondiente oración después de la comunión.

SALVE
El celebrante entona la Salve Sabatina y culmina con la Bendición.




SEGUNDA SEMANA


RITOS INICIALES
Canto de entrada (de preferencia Canto Mariano)
Saludo del celebrante. Se omiten el acto penitencial y el

SALMODÍA
Ant. 1. Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú que ahora vives ya en la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo. (T.P. Aleluya).


Salmo 91

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, 
con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!.
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados 
y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios; 
en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad.


Ant.  Dichosa eres, María, porque de tí vino la salvación del mundo; tú que ahora vives ya en la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo. (T.P. Aleluya).

Ant. 2. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el orgullo de nuestra raza. (T.P. Aleluya).


Deuteronomio 32, 1-12

Escuchad, cielos, y alabaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina, destile como rocío mi palabra; 
como llovizna sobre la hierba, como orvallo sobre el césped.

Voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad; es justo y recto.

Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor, pueblo necio e insensato?.
¿No es él tu padre y tu creador, el que te hizo y te constituyo?.

Acuérdate de los días remotos, considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre, y te lo contará, a tus ancianos, y te lo dirán:

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad
y distribuía a los hijos de Adán, trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue el lote de su heredad.

Lo encontró en una tierra desierta, en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él, lo guardó como a las niñas de sus ojos.

Como el águila incita a su nidada, revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó y los llevó sobre sus plumas.

El Señor solo los condujo, no hubo dioses extraños con él.


Ant. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el orgullo de nuestra raza. (T.P. Aleluya)

Ant. 3.  ¡Alégrate, Virgen María!. Tú llevaste en el seno a Cristo, el Salvador. (T.P. Aleluya).


Salmo 8

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra los enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder?.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, 
lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.


Ant. ¡Alégrate, Virgen María!. Tú llevaste en el seno a Cristo, el Salvador. (T.P. Aleluya).


ORACIÓN COLECTA
Concluida la salmodía, el celebrante reza la Oración colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA
Se celebra según prescribe el Ordinario de la Misa.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María, y digámosle:

Interceda por nosotros la Madre del Carmelo.

Salvador del mundo, que con eficacia de tu redención, preservaste a tu madre de toda mancha de pecado,
*líbranos a nosotros de toda culpa.

Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,
*haz también de nosotros templos de tu Espíritu.

Verbo Eterno del Padre, que enseñaste a María a escoger la mejor parte,
*ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre,
*haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo.

Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina,
*danos un día el gozo de tener parte en la gloria.

Dios Todopoderoso, te pedimos que así como recibiste en tu templo a tu Hijo Jesús que se ofreció por nosotros, así también recibas de manos de la Virgen María las súplicas que te dirigimos con humildad. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.


LITURGIA EUCARÍSTICA Y RITO DE LA COMUNIÓN
Todo como en el ordinario de la Misa.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Terminado el canto de comunión, se recita el Benedictus con su antifonía.

Benedictus, ant. Me felicitarán todas las generaciones, por que Dios ha mirado la humillación de su esclava. (T.P. Aleluya).

Lucas 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos lo que nos odian; 
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a tí, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre.


Ant. Me felicitarán todas las generaciones, por que Dios ha mirado la humillación de su esclava. (T.P. Aleluya).

RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote dice la correspondiente oración después de la comunión.

SALVE
El celebrante entona la Salve Sabatina y culmina con la Bendición.



TERCERA SEMANA


RITOS INICIALES
Canto de entrada (de preferencia Canto Mariano).
Saludo del celebrante. Se omiten el acto penitencial y el Kirie.

SALMODIA
Ant. 1. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. (T.P. Aleluya).


Salmo 118, 145-152

Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes; 
a ti grito; sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos 
los fundaste para siempre.


Ant. 1.  Alégrate, María, llena de gracias, el Señor está contigo. (T.P. Aleluya).

Ant. 2. Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra. (T.P. Aleluya).


Sabiduría 9, 1-6, 9-11

Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas, y en tu sabiduría formaste al hombre, para que dominase sobre tus criaturas, y para regir el mundo con santidad y justicia, y para administrar justicia con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría asistente en tu trono y no me excluyas del número de tus siervos, porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva, hombre débil y de pocos años, demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

Pues, aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombre, sin la sabiduría, que procede de ti, será estimado en nada.

Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras, 
que te asistió cuando hacías el mundo, y que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto según tus preceptos.

Mándala de tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala, para que me asista en mis trabajos y venga yo a saber lo que te es grato.

Porque ella conoce y entiende todas las cosas, 
y me guiará prudentemente en mis obras, y me guardará en su esplendor.


Ant. Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. (T.P. Aleluya)

Ant. 3. Bendita tú entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. (T.P. Aleluya)


Salmo 116

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.


Ant. Bendita tú entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. (T.P. Aleluya)


ORACIÓN COLECTA
Concluida la salmodía, el celebrante reza la Oración colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA
Se celebra según prescribe el Ordinario de la Misa.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos a Dios, que colocó a María, madre de Cristo, por encima de todas las criaturas celestiales y terrenas, diciendo con filial confianza: 

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Padre de misericordia, te damos gracias por que nos ha dado a María madre y ejemplo;
*santifícanos, por tu intercesión.

Tú que hiciste que María meditar tus palabras guardándolas en su corazón, y fuera siempre fidelísima esclava tuya,
*por su intercesión, haz que también nosotros seamos de verdad siervo y discípulos de tu Hijo.

Tú que hiciste que María concibiera por obra del Espíritu Santo,
*por su intercesión, otórganos los frutos de este mismo Espíritu.

Tú que diste fuerza a María para permanecer junto a la cruz, y la llenaste de alegría con la resurrección de tu Hijo,
*por su intercesión confórtanos en la tribulación y reanima nuestra esperanza.

Escucha, Padre, la oración de tus hijos, concédenos que siguiendo el ejemplo de tu Madre la gloriosa siempre Virgen María, te sirvamos siempre con corazón limpio. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.


LITURGIA EUCARÍSTICA Y RITO DE LA COMUNIÓN
Todo como en el ordinario de la Misa.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Terminado el canto de comunión, se recita el Benedictus con su antífona.

Benedictus, ant. Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso y por María Virgen se han vuelto a abrir a todos. (T.P. Aleluya).


Lucas 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, 
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre.


Ant.  Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso y por María Virgen se han vuelto a abrir a todos. (T.P. Aleluya).

RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote dice la correspondiente oración después de la comunión.

SALVE
El celebrante entona la Salve Sabatina y culmina con la Bendición.




CUARTA SEMANA

RITOS INICIALES
Canto de entrada (de preferencia Canto Mariano)
Saludo del celebrante. Se omiten el acto penitencial y el Kirie.

SALMODIA
Ant. 1. Tus hijos, Virgen María, serán tu gozo, por que Dios los bendecirá y los reunirá en tu nombre. (T.P. Aleluya).

Salmo 91


Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, 
con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!.
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados 
y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios; 
en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad.


Ant. Tus hijos, Virgen María, serán tu gozo, porque Dios los bendecirá y los reunirá en tu nombre. (T.P. Aleluya).

Ant. 2. Reina del amor, flor del Carmelo. (T.P. Aleluya).


Ezequiel 36, 24-28

Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, 
y os llevaré a vuestra tierra.

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; 
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.


Ant. Reina del lamor, flor del Carmelo. (T.P. Aleluya).

Ant. 3. María escuchaba la Palabra de Dios y la conservaba meditándola en su corazón. (T.P. Aleluya).


Salmo 8

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra los enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder?.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, 
lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.


Ant. María escuchaba la Palabra de Dios y la conservaba meditándola en su corazón. (T.P. Aleluya).


ORACIÓN COLECTA
Concluida la salmodía, el celebrante reza la Oración colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA
Se celebra según prescribe el Ordinario de la Misa.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Proclamemos las grandezas de Dios Padre Todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la Madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:

Que la llena de grada interceda por nosotros.

Tú, que hiciste de María la Madre de misericordia,
*haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal.

Tú, que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y José, 
*haz que, por su intercesión, todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.

Tú, que fortaleciste a María cuando estaba de pie junto a la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo,
*levanta y robustece la esperanza de los decaídos.

Tú, que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel,
*por su intercesión, haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo.

Tú, que coronaste a María como Reina del Cielo, 
*haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

Escucha, Padre Santo, la oración de tu iglesia y por la intercesión de la Virgen María, Madre y Reina del Carmelo, concédenos cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA Y RITO DE LA COMUNIÓN
Todo como en el ordinario de la Misa.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Terminado el canto de comunión, se recita el Benedictus con su antífona.

Benedictus, ant. No sé con qué alabanzas ensalzarte, oh santa e inmaculada virginidad de María, pues por ti hemos recibido a nuestro Redentor, Jesucristo, Señor Nuestro. (T.P. Aleluya).


Lucas 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, 
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre.


Ant. No sé con qué alabanzas ensalzarte, oh santa e inmaculada virginidad de María, pues por ti hemos recibido virginidad de María, pues por ti hemos recibido a nuestro Redentor, Jesucristo, Señor Nuestro. (T.P. Aleluya).

RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote dice la correspondiente oración después de la comunión.

SALVE
El celebrante entona la Salve Sabatina y culmina con la bendición.





SALMOS PARA FIESTAS Y SOLEMNIDADES

RITOS INICIALES
Canto de entrada (de preferencia Canto Mariano)
Saludo del celebrante. Se omiten el acto penitencial y el Kirie.

Ant. 1. Tiene María la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón. (T.P. Aleluya).


Salmo 62, 2-9

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de tí, mi carne tiene ansia de tí,
como la tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!.
Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en tí,
porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; 
mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.

 Ant. Tiene María la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón. (T.P. Aleluya).

Ant. 2. Tus hijos, Virgen del Carmen, seremos tu gozo por que Dios nos bendecirá y nos reunirá en su nombre. (T.P. Aleluya).

Daniel 3, 57-88. 56

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor; 
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor; 
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor; 
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; 
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor; 
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor; 
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; 
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananias, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.


AL FINAL DE ESTE CÁNTICO NO SE DICE GLORIA AL PADRE...

Ant.  Tus hijos, Virgen del Carmen, seremos tu gozo por que Dios nos bendecirá y nos reunirá en su nombre. (T.P. Aleluya).

Ant. 3.  Llévanos, Virgen María, hasta la cima del Carmelo, que es Cristo, vida del cielo. (T.P. Aleluya).


Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su creador,  los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles.

 Ant.  Llévanos, Virgen Maria, hasta la cima del Carmelo, que es Cristo, vida del cielo. (T.P. Aleluya).

ORACIÓN COLECTA
Concluida la salmodía, el celebrante reza la Oración colecta.

LITURGIA DE LA PALABRA
Se celebra según prescribe el Ordinario de la Misa.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que nos concede la alegría de celebrar la solemnidad de Nuestra Madre, la Virgen del Carmen, y digámosle:

Por el don de María, tu Madre, te alabamos. Señor.

Tú, que anunciaste a nuestros padres el misterio de María, la hija de Sión, heredera de las promesas,
*concede a tu Iglesia reflejar en el mundo la imagen de María, para que sea sacramento de Salvación.

Tú, que has suscitado en tu Iglesia nuestra humilde familia del Carmelo ennobleciéndola con la advocación especial de María,
*otorga a los carmelitas la gracia de servir a la Virgen y de vivir con ella en obsequio de Jesucristo.

Tú, que has acrecentado al Carmelo con numerosos hijos que viven de su espíritu en la vida religiosa y dan testimonio en medio del mundo,
*concede alos carmelitas vivir con María unidos en la oración, siendo uno en corazón y alma.

Tú, que has encomendado al amor maternal de María a todos los hermanos de Cristo tu Hijo, 
*haz que cuantos se han consagrado a ella ardan en el celo de la salvación de los hombres.

Atiende, Padre Misericordioso, la oración de tus hijos que, acudiendo a la Madre de tu Hijo Jesús para pedirle que nos enseñe a vivir como hijos fieles, podamos alcanzar los bienes que tienes prometidos al Carmelo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA Y RITO DE LA COMUNIÓN
Todo como en el ordinario de la Misa.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Terminado el canto de la comunión, ser recita el Benedictus con su antífona.

Benedictus. Ant.  Santa Madre de Dios, gloria del monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido y defiéndela de todo peligro. (T.P. Aleluya).


Lucas 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, 
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre.


Ant.  Santa Madre de Dios, gloria del monte Carmelo, reviste de tus virtudes al a familia que tú has escogido y defiéndola de todo peligro. (T.P. Aleluya).

RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote dice la correspondiente oración después de la comunión.

SALVE
El celebrante entona la Salve Sabatina y culmina con la Bendición.




SALVE

Dios te salve Reina y Madre de misericordia;
Vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh, clementísima!,
¡oh, piadosa!,
¡oh, dulce siempre Virgen María!.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Amén, Jesús.




SALVE

Salve, Regina, mater misericordiae:
Vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules, filii Hevae.
Ad te suspiramus, gementes et flentes
in hac lacrimarum valle.

Eia ergo, Advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos
ad nos converte.

Et lesum, benedictum fructum ventri tui,
nobis, post hoc exsilium ostende.

O clemens: O pia: O dulcis

Virgo María.




CARMELITAS DESCALZOS

COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
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Santuario del Carmen

CALAHORRA (La Rioja)



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