domingo, 23 de enero de 2011

LA DEVOCIÓN DEL ESCAPULARIO CARMELITA


LA DEVOCIÓN DEL ESCAPULARIO CARMELITA

El escapulario es un símbolo de Consagración a la Santísima Virgen María, y de la protección de la Madre de Dios a sus devotos.

La palabra ESCAPULARIO, viene del Latín "scapulae", que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo Con el tiempo  le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

El Papa Pío XII, alude a este hecho cuando dice: "No se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen".

ES UN SACRAMENTAL

El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos, sino que nos disponen al amor de Dios y a la verdadera contrición del pecado si los recibimos con devoción.

Según el Concilio Vaticano II, "un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia". (S.C.60)

La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela de color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los más importantes sacramentales marianos.


"La devoción del escapulario del Carmen, ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales". 
(Pío XII, 6-VIII-1950)


Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María, está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios".

NO ES...
-Un objeto para una protección mágica (un amuleto).
-Una garantía automática de salvación.
-Una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana.

SI ES...
-Un signo aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos.
-Un signo que representa el compromiso de seguir a Jesús como María: abiertos a Dios y a su voluntad; guiados por la fe, la esperanza y el amor; cercanos a las necesidades de los demás; orando constantemente y descubriendo a Dios presente en todas la circunstancias.


LA VIRGEN MARÍA ENTREGA EL ESCAPULARIO EL 16 DE JULIO DE 1251

En el año 1246 nombraron a Simón Stock, general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamo: "La flor del Carmelo", y la "Estrella del Mar", y le suplicó la protección para toda la comunidad.

En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de Julio de 1251, se le aparece la Virgen a San Simón Stock, General de los Carmelitas, con el Escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: "Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno", es decir, quien muera con él, se salvará.

Luego, la Santísima Virgen se apareció al Papa Juan XXII, en el siglo XIV y le prometió para quienes cumplieran los requisitos de esta devoción que: "Como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes sus penas, (...), sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza".

Aunque el Escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida más comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la Cofradía del Escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del Escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.


LAS PROMESAS DE LA VIRGEN DEL CARMEN SOBRE EL ESCAPULARIO

Decía el Papa León XIII, "Su misma nobleza de origen, su venerada antigüedad, su extraordinaria propagación, así como los saludables efectos de piedad por él obtenidos, y los insignes milagros obrados por su virtud, lo recomiendan con el mayor encarecimiento".  A él ha vinculado la Virgen dos maravillosas promesas: 


Primera Promesa

Es la gran promesa, el privilegio de preservación o exención del infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano. Orando con fervor a la Virgen. San Simón Stock, General de la Orden Carmelitana, apareciósele circundada de ángeles la Santísima Virgen el 15 de Julio de 1251 y entregándole, como prenda de su amor maternal y de ilimitado poder, el Santo Escapulario, prometióle que cuantos murieren revestidos de él no se condenarían.

Para merecer esta Promesa de la perseverancia final, se requiere haber recibido el Escapulario de manos de un sacerdote, llevarlo siempre puesto, especialmente en la hora de la muerte, e inscribir el nombre en el libro de la Cofradía.

Segunda Promesa

Estando orando el Papa Juan XXIII, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió sacar el sábado después de la muerte al que muriese con el Escapulario. María, dijo al Papa:
"Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi Escapulario".

Tal es el PRIVILEGIO SABATINO, otorgado por la Reina del Purgatorio, a favor de sus Cofrades Carmelitas, el Papa Juan XXII y promulgado por éste en la Bula Sabatina el 3 de Marzo de 1322, aprobada después por más de veinte Sumos Pontífices.

Por él, el Sábado siguiente a la muerte de los Cofrades Carmelitas, o como interpreta la Iglesia, cuanto antes, pero especialmente en sábado, según declaración de Paulo V, la Virgen del Carmen, con cariño maternal, los libra de la cárcel expiatoria y los introduce en el Paraíso.

El Papa Paulo V expidió el 20 de Enero de 1613 el Sgte. Decreto: "Permítase a los Padres Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la Bienaventurada Virgen María, con sus intenciones continuas, piadosas sufragios y méritos y especial protección, ayudará después de la muerte, principalmente en sábado, día a ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el hábito carmelitano".

En 1950 recordaba Pío XII: "Ciertamente, la piadosa Madre no dejará de hacer que los hijos que expían en el Purgatorio sus culpas, alcancen lo antes posible la patria celestial por su intersección, según el llamado privilegio sabatino, que la tradición nos ha transmitido".

Para ganar esta Promesa, el privilegio Sabatino, sobre los tres requisitos anteriores, se exige: usar el escapulario con fidelidad; observar castidad de acuerdo al estado de vida; rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen), o rezar diariamente 5 décadas del rosario.


INDULGENCIAS

He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que visten el Escapulario.

Indulgencias plenarias:

1. El día que se viste el escapulario, y el que se inscrito en la Tercera Orden o Cofradía.

2. En estas fiestas: Virgen del Carmen, 16 de Julio
San Simón Stock, 16 de Mayo
San Elías Profeta, 20 de Julio
Santa Teresa de Jesús,  15 de Octubre
Santa Teresa del Niño Jesús, 1 de Octubre
San Juan de la Cruz, 14 de Diciembre
Todos los Santos Carmelitas, 14 de Noviembre

3. Indulgencias Plenaria el día del Carmen, el día del Carmen, 16 de Julio, o en la fecha que exactamente se celebre, tiene concebida una indulgencia plenaria.

4. Indulgencia parcial, se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el Santo Escapulario. Se puede ganar, no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y sólo al Escapulario, sino también a la Medalla-Escapulario.


ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ESCAPULARIO

¿Puede darse el Escapulario a quien no es católico?. SI.
El Escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que Ella es Madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al Escapulario.

Una vez bendecido el primer Escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición para Escapularios posteriores.

Los Escapularios gastados, si han sido bendecidos no se deben echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como signo de respeto.

Vivir en pecado y usar el Escapulario como ancla de salvación, es cometer pecado de presunción, ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora. San Claude de la Colombiere, advierte: ¿Tú preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu Escapulario".


LA MEDALLA ESCAPULARIO

La Medalla-Escapulario, tiene en una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la imagen de la Bienaventurada Virgen Maria,  en su reverso. En 1910, el Papa Pío X declaró que, una persona válidamente investida en su Escapulario de tela podía llevar la Medalla-Escapulario en su lugar, provisto que tuviera razones legítimas para sustituir su Escapulario de tela por la Medalla-Escapulario.

Esta concesión fue echa a petición de los misioneros en los países del trópico, donde los Escapularios de tela se deterioran pronto. Ahora bien, el Papa X y su sucesor, el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de que las personas continuaran llevando el Escapulario de tela cuando fuera posible, y que no sustituyeran el Escapulario de tela por la Medalla-Escapulario sin que medio primero razón suficiente. La vanidad o el miedo a profesar su fe en público, no pueden ser razones que satisfagan a Nuestra Señora. Personas de esta clase corren el riesgo de no recibir la promesa del Escapulario del Carmen.



ALGUNOS TESTIMONIOS ESPECIALES

Beato Papa Gregorio X, fue enterrado con su Escapulario, sólo 25 años después de la Visión del Escapulario. 600 años más tarde cuando abrieron su tumba, su Escapulario estaba intacto.

El Papa Pío XII, habló frecuentemente del Escapulario. En 1951, aniversario 700 años de la aparición de Nuestra Señora a Simón Stock, el Papa ante una numerosa audiencia en Roma, exhortó a que se usara el Escapulario como "Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María", (tal como pidió la Virgen de Fátima).

El mismo día que San Simón Stock recibió de María el Escapulario y la promesa, el fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó, puso el Escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se confesó y murió en gracia de Dios.

San Alfonso Ligorio y San Juan Bosco, tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el Escapulario. Cuando murió San Alfonso Ligorio, le enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años después, cuando abrieron su tumba, encontraron que su cuerpo y todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo, su Escapulario estaba intacto. El Escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en Roma.

San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor. Cada mes llegaba a Cartagena (Colombia), un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con el Escapulario. Algunos clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin embargo, él continuó su obra hasta tener más de 300.000 conversos.

Es evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial el Escapulario. Reporta Lucía (vidente de Fátima, Hermana María del Inmaculado Corazón), que en la última aparición (Octubre de 1917, día del milagro del sol), la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el Escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo llevaran con reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella, lo usaran como signo de dicha consagración.

Juan Pablo II: "También yo llevo mi Escapulario desde hace mucho tiempo, el Escapulario del Carmelo".


OTROS TESTIMONIOS

Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezaba las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, por qué está usando el Escapulario Carmelita?, preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María, diariamente.". "Usted, se está muriendo", replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?. "Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.

"Un sacerdote de Chicago fue llamado para ir a asistir a un moribundo que había estado lejos de su fe y de los sacramentos por muchos años. El moribundo no quiso recibirlo, ni hablar con él. Pero, el sacerdote insistió y le enseñó el Escapulario que llevaba. Le preguntó si le permitía ponérselo, el hombre aceptó con tal que el sacerdote lo dejar en paz. Una hora más tarde el moribundo mandó a llamar al sacerdote, pues deseaba confesarse y morir en gracia y amistad con Dios".

EL DEMONIO ODIA EL ESCAPULARIO. Un día al venerable Francisco Yepes se le cayó el Escapulario. Mientras se lo ponía, el demonio aulló: "¡Quítate el hábito que nos arrebata tantas almas!".

Un misionero Carmelita de Tierra Santa fue llamado a suministrar la unción de los enfermos en el año 1944. Notó que mientras caminaba, sus pies se hundían cada vez más en el fango hasta que, tratando de encontrar tierra firme, se deslizó en un pozo de fango en que se hundía hacia la muerte. Pensó en la Virgen y besó su hábito, el cual, era el Escapulario. Miró entonces hacía la Montaña del Carmelo gritando: "¡Santa Madre del Carmelo!. ¡Ayúdame!. ¡Sálvame!". Un momento más tarde se encontró en terreno sólido. Atestiguó más tarde: "Sé que fui salvado por la Santísima Virgen por medio de su Escapulario Carmelita. Mis zapatos desaparecieron en le lodo y yo estaba cubierto de él, pero caminé las dos millas que faltaban, alabando a María".

En el verano de 1845 el barco inglés "Rey del Océano", se hallaba en medio de un feroz huracán; las olas azotaban sin piedad y el fin parecía cercano. Un ministro protestante llamado Fisher, en compañía de su esposa e hijos y otros pasajeros fueron a la cubierta para suplicar misericordia y perdón. Entre la tripulación se encontraba el irlandés John McAuliffe, que al mirar la gravedad de la situación, dicho joven abrió su camisa, se quitó el Escapulario y, haciendo con él la Señal de la Cruz sobre las furiosas olas, lo lanzó al océano. En ese preciso momento, el viento se calmó. Solamente una ola más llegó a la cubierta, trayendo con ella el Escapulario que quedó depositado a los pies del muchacho. Durante lo acontecido, el ministro había estado observando cuidadosamente las acciones del joven McAuliffe y fue testigo del milagro. Al interrogarle, se informaron acerca de la Santísima Virgen y su Escapulario. El Sr. Fisher y su familia, resolvieron ingresar en la Iglesia Católica lo más pronto posible y así disfrutar de la gran protección del Escapulario de Nuestra Señora.

En Mayo de 1957, un sacerdote Carmelita en Alemania publicó una historia extraordinaria de cómo el Escapulario había librado un hogar del fuego. Una hilera completa de casas se habían incendiado en Westboden (Alemania). Los piadosos residentes de una casa de dos familias, al ver el fuego, inmediatamente colgaron el Escapulario a la puerta de la entrada principal. Centellas volaron sobre ella y alrededor de ella, pero la casa permaneció intacta. En 5 horas, 22 hogares habían sido reducidos a cenizas. La única construcción que permaneció intacta, en medio de la destrucción, fue aquella que tenía el Escapulario adherido a su puerta. Los cientos de personas que vinieron a ver el lugar que Nuestra Señora había salvado son testigos oculares del poder del Escapulario y de la intercesión de la Santísima Virgen María.

En Octubre de 1952, un oficial de la Fuerza Aérea en Texas escribió lo siguiente: "Seis meses después de comenzar a usar el Escapulario, experimenté un notable cambio en mi vida. Casi inmediatamente comencé a asistir a Misa todos los días. Durante la cuaresma viví fervorosamente como nunca lo había hecho. Fui iniciado en la práctica de la meditación y me encontré realizando débiles intentos en el camino de la perfección. He estado tratando de vivir con Dios y doy el crédito al Escapulario de María".



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